sábado, 16 de enero de 2010

Aprósitus (San Borondón): Base Atlante en las Canarias

Por Xentor Xentinel



El Archipiélago de las Canarias, en el Océano Atlántico, frente a las costas de Marruecos, está integrado por 7 islas principales: El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote.

Sin embargo, la leyenda habla de una Octava Isla, que aparece y desaparece como por arte de magia, entre las islas de El Hierro y La Palma. Es conocida como «La Inaccesible», o la «Isla Encantada» de San Borondón. A lo largo de los Siglos son muchas las personas que afirman haberla visto.

Ya en el Siglo 2, el cosmógrafo egipcio Claudio Ptolomeo, habló de Aprósitus, una isla que «aparece y desaparece, y a la que no se puede llegar».

Para el Siglo 6, seguía vigente la leyenda celta sobre la «Tierra Prometida de los Bienaventurados, la Isla de la Felicidad y la Fortuna» y, el 22 de Marzo del año 516, el monje irlandés Saint Brendan de Clonfert, su discípulo Saint Maclovio, y otros 17 monjes, se adentraron en el mar en su búsqueda.

Según la leyenda, los monjes desembarcaron en varias islas, viviendo toda clase de aventuras. Los relatos hablan de demonios que vomitan fuego, columnas de cristal flotante, y un sepulcro en el que reposaba un gigante, el cual despertó y demostró una gran sabiduría.

En una de estas islas, decidieron encender una hoguera para calentarse. Cuando se sentaron en torno al fuego, se estremecieron al comprobar cómo la isla comenzó a moverse. Entonces, corrieron hasta su barco y se alejaron velozmente de ella, pensando que se trataba de una ballena gigante.

Desde ese momento, dice la leyenda, ninguna otra persona pudo llegar a esta isla-ballena, que pasó a ser conocida como la Isla de San Brendán, San Brandán, San Barandán, y finalmente, como San Borondón.


NUEVAS EXPEDICIONES

No obstante, el deseo de conocer más sobre esta isla, llevó a muchos marineros, sobre todo a partir del Siglo 14, a adentrarse en el mar en su búsqueda, sin resultados que sepamos. En la mayor parte de las ocasiones, lo que impidió alcanzar el objetivo fueron repentinas tormentas, tempestades, relámpagos, vientos huracanados, etc.

Aún así, Cristóbal Colón la avistó a 25 leguas de su nave el 25 de Septiembre de 1492, dejando constancia de ello en el diario de su primer viaje a América.

En 1570, Fernando Villalobos, gobernador de la isla de La Palma, ordenó una expedición de tres navíos para intentar encontrarla... Sin éxito.

En 1604, se dispuso otra exploración, bajo las órdenes de Fray Lotrenzo Pinedo y de Gaspar Pérez de Acosta, igualmente sin éxito.

Estas expediciones se justificaban por las muchas personas que, a lo largo de la historia, aseguraron haber visto la isla. Por ejemplo, el Padre Freijoo, hombre poco dado a las supersticiones, que afirmaba que, en algunos días claros de sol, él mismo había visto la isla desde la del Hierro.

También el investigador italiano Gianni Settini, reflejó el avistamiento de una isla no identificada en las proximidades del Archipiélago Canario:

En el año 1882 un mercante británico zarpó de Messina con una carga de frutos secos; 200 millas al sur de las Azores avistó, en aguas enturbiadas por toda clase de vegetales putrefactos, peces muertos y lodo, una isla no registrada en los mapas. A menos de veinte kilómetros de aquella tierra la nave echó anclas sobre un fondo de 14 metros, donde las cartas náuticas señalaban no menos de 700 metros de profundidad. David Radson, el comandante, expidió a algunos marineros a bordo de la chalupa a explorar la misteriosa isla, descubriendo puntas de flecha de sílex, espadas de bronce, lanzas, arcas y una espectral figura momificada, depositada en un sepulcro de piedra, incrustado de lava y conchas marinas.
Una fortísima borrasca impidió continuar la exploración, obligando al capitán a ordenar a sus hombres que regresen al navío. Al menos, Radson registró la posición de la isla: 21° 25´ de Latitud Norte y 28° 40´ de Longitud Oeste. Pero, para confusión de los investigadores, la isla era avistada en diferentes posiciones cada vez.


TESTIMONIOS MODERNOS

Emiliano Bethencourt, descubridor de las Pirámides de Güímar en la isla de Tenerife, recogió el testimonio de un anciano de Sardina, en Gran Canaria, conocido como «Papá Juan». Él aseguró que un día, a mediados del Siglo 20, cuando se dirigía a la localidad de Castillo del Romeral, vio como emergía una isla del mar: «Era como una gran ciudad, con enormes edificios de colores cambiantes», dijo.

Por esa misma época, en los años 50, se logró tomar la primera fotografía de la misteriosa isla:

Más cercano en el tiempo, nos encontramos con el testimonio de Julia León (hermana de las populares cantantes Rosa y Eva León), quien afirma que, en 1983, cuando se encontraba en casa de una amiga en las proximidades de Fuencaliente de La Palma, vieron extrañadas al sureste, una isla entre las de La Gomera y El Hierro, y más próxima que éstas.

Aquella isla se parecía mucho a la de La Gomera por su frondosidad, aunque parecía más pequeña. Durante más de dos horas, Julia y su amiga, permanecieron contemplando la isla, apreciando incluso el efecto del agua chocando con las rocas, y la espuma producida con el roce. Todo ese tiempo se preguntaron si sería la mítica isla de San Borondón, o un fenómeno óptico o espejismo en el mar, lo que tuvieron que descartar. Su curiosidad sólo se fue disipando a medida que la oscuridad de la noche fue avanzando.

Cuando al día siguiente, ambas amigas se asomaron al mar para contemplar de nuevo aquella extraña isla, se encontraron con que ya no estaba.

No son los únicos testimonios de nuestros días. Otros isleños (algunos en público, otros en privado), afirman haber visto salir del mar, en esa zona, objetos luminosos que luego se perdían en el cielo. Entre ellos, un piloto de la compañía aérea Binter, mientras su avión hacía la ruta habitual.

Antes de pasar a la parte buena de esto, recomendamos ver estos videos sobre el misterio de San Borondón:






RELATO NOVELADO DE HECHOS REALES

En 1989, Pedro González Vega, maestro jubilado de Las Palmas, editó por su cuenta y riesgo y tirada reducida, su obra «El Mensaje de San Borondón», que más tarde sería reeditada con el título «San Borondón: Conexión Extraterrestre en Canarias». Obra en la que se relata, de manera novelada, los hechos vividos por tres ciudadanos canarios: Aristán, Demetrio y Bastiano.

En este libro, descrito por su autor como «un relato novelado de unos hechos completamente reales que tuvieron lugar en el año 1936», se narra que un día, los tres amigos se adentraron en el mar en su pequeña embarcación, «El Pacificador de los Mares», para dirigirse hacia La Gomera, cuando se vieron arrastrados por una fuerte corriente de agua, en medio de una inmensa tormenta.

El temporal se llevó del barco a Bastiano, sin que sus dos compañeros pudieran hacer nada por evitarlo. Luego, agotados y moralmente destrozados por la pérdida del amigo, se dejaron llevar hasta que, en plena oscuridad, notaron aterrados que el barco se deslizaba dando vueltas en espiral por lo que parecía un túnel de agua.

Años más tarde, Aristán se lo relataría así a Pedro:

«Ciertamente, nos deslizábamos dentro de un túnel bordeado en toda su superficie por aguas destelleantes […]. El falucho corría velozmente […] en una línea recta que parecía no tener fin. Atónitos y tensos, mirábamos a todas partes esperando el desenlace de aquella carrera […]. Habíamos desembocado sobre aguas tranquilas. Una luz tenue, que parecía emerger de cada objetivo, facilitaba la visión. […] Una vez que nuestros ojos se habituaron a la claridad opaca de lo que parecía una Luna filtrada, el espectáculo era increíble y más bien parecía sueño que realidad. El mar ante nosotros parecía totalmente tranquilo y brillante. El trozo de lo que parecía tierra, que admirábamos, se veía opaco y silencioso bajo la paz lunar. Observamos diminutas parcelas que evidenciaban estar dedicadas al cultivo y algunas sombras que semejaban árboles. El falucho seguía deslizándose suavemente y el silencio ya era inquietante. A través de él percibía algo así como el roce del agua cuando es surcada por varios objetos para nosotros invisibles. Era, evidentemente, que no estábamos solos. Si estábamos vivos y todo aquello no era un milagro, alguien nos observaba y nos guiaba».

LIMPIEZA COMPLETA

Así era. En ese momento, recibieron órdenes telepáticas, mediante las cuales se les condujo a la puerta de acceso al interior de la Base, a la que entraron a través de una abertura que encontraron en el césped. Allí, nada más llegar, fueron sometidos a una limpieza exterior e interior.

Les condujeron a una estancia donde tuvieron que despojarse de sus vestimentas y, a continuación, de manera automática, cuatro esponjas se desprendieron del techo, pegándose al cuerpo de cada uno para lavarlo suavemente. Mientras, ropas y calzado eran absorbidos por una abertura que se abrió en la pared a nivel del suelo. Luego, las esponjas desaparecieron y cuatro almohadillas se pegaron a sus cuerpos para masajearlos.

Después de unos minutos, durante los cuales les mandaron respirar profundamente y dar vueltas alrededor de la habitación, otros aparatos se desprendieron del techo, acoplándose uno a sus cabezas, dos a sus orejas, otro a los ojos y otro al estómago, único órgano donde sintieron unos ligeros pinchazos. A continuación, una especie de máquina fotográfica recorrió de arriba abajo sus cuerpos, mientras les mandaban a abrir bien los ojos y la boca.

Finalizada la limpieza exterior, iniciaron la interior, durante la cual percibieron diferentes imágenes y secuencias de colores naturales, acordes y sincronizados con la música que escuchaban. Cuando todo concluyó, se sentían realmente como nuevos.


TELEPATÍA Y DELFINES

Entonces les explicaron que habían llegado a la isla de San Borondón. Y que aquella «isla» era, en realidad, ¡una Base Móvil Atlante en la que residían sus descendientes directos! Les dijeron que el nombre de la Base es el que ya le diera en su época Ptolomeo, nombre que le fue inspirado por ellos: Aprósitus.

También les contaron que les habían estado siguiendo telepáticamente desde que habían salido de Gran Canaria, seguimiento que se produjo sin problemas hasta la isla de Tenerife.

Luego, debido a la ingesta de alcohol —especialmente por parte de Bastiano, que había tomado bastante ron—, les perdieron en varias ocasiones la pista. Debido a esto, no pudieron detectar la ausencia de Bastiano, hasta que le echaron de menos sus propios compañeros. En ese momento, le enviaron un grupo de delfines en su busca, consiguiendo rescatar el cuerpo y llevarlo a Aprósitus, para revivirlo.

Más tarde, cuando Aristán y Demetrio se adentraron en la borrasca, intentaron apartarles de ella enviando otro grupo de delfines, que remolcaron el barco en medio de la corriente; primero en dirección Norte, y luego Oeste. Finalmente optaron por dejarles llegar hasta Aprósitus, porque habían estudiado mentalmente sus pautas de comportamiento, y pudieron constatar que expresaban una actitud interior y exterior pacifista.


REGENERACIÓN CELULAR

Luego fueron sometidos a lo que se podría definir como una Regeneración Celular. Se reacondicionó además, una a una, todas las piezas dentales, se rejuveneció su sistema circulatorio y se les intervino quirúrgicamente para dejar los órganos dañados en perfecto estado. En suma, se les renovó el organismo.

Sin embargo, les dijeron que no habían hecho nada con sus cerebros; primero, porque las neuronas no se regeneran, y segundo, porque se encontraban enfermos a causa de la cantidad de creencias absurdas que les habían inculcado desde niños, lo que había rayado las placas sensibles de sus mentes. Y es que, según les dijeron, el espíritu de nuestra Civilización vive encerrado en el miedo a dioses terribles que espían hasta nuestros pensamientos.

Aunque Bastiano estaba físicamente muerto, pudieron devolverle la vida tras someter su cuerpo a complicados trasplantes e injertos en las zonas dañadas del cerebro. Su recuperación duró un mes.

Según les explicaron, con esas posibilidades tecnológicas, su media de vida es de unos 120 años, aunque algunos llegan a alcanzar hasta 150 años y más.


DESCENDIENTES DE LOS ATLANTES

Según relataron los habitantes de Aprósitus a los tres amigos, aquella isla-ingenio había sido construida hace miles de años para salvar a parte de la Civilización que entonces vivía en la Atlántida, siguiendo las instrucciones recibidas de Civilizaciones Superiores que, ya un Siglo antes, les vaticinaron el Cataclismo que se venía.

Lo que ocurre es que la Catástrofe se adelantó en un cuarto de Siglo, lo que les tomó por sorpresa, y sólo se pudo salvar la tercera parte del pueblo, pereciendo el resto. Las personas que ahora viven en Aprósitus son, pues, los descendientes de aquellos que se salvaron.

Ellos consideraron que era mejor vivir aislados para no interferir directamente en nuestra Evolución. Lo que no quita que a lo largo de de estos milenios hayan procurado ayudarnos sutilmente, en especial inspirando e iluminando telepáticamente a muchas personas. Lo que ocurre es que, luego, muchas de estas personas no fueron escuchadas, mientras que otras fueron tergiversadas, manipuladas e, incluso, explotadas. Por eso creen que, de alguna manera, han fracasado en su intento de ayudar.


AVANZADA TECNOLOGÍA

Se podría decir que Aprósitus fue algo así como una enorme «Arca de Noé», pero dotada con una tecnología tan avanzada que les permite superar sin problemas la Ley de la Gravedad y moverse en espacios y Dimensiones incomprensibles y desconocidas para nosotros.

La Base se halla dividida en módulos independientes que, al mismo tiempo, permanecen unidos, y que cada cierto tiempo emergen a la superficie para renovar la Atmósfera. Momentos esos, precisamente, que hacen «visible» la parte que emerge y ha sido vista por diversas personas a lo largo de los milenios.

Los edificios y las viviendas son subterráneos. Sin embargo, algunas zonas emergen habitualmente a la superficie, como los comedores y las zonas de recreo, de deportes y de diversión. Los rayos solares son filtrados, sin que pierdan ninguna de sus propiedades.


«PÁJAROS VOLADORES»

Además, cuentan con lo que denominan «Pájaros Voladores», aparatos que alcanzan gran velocidad y con los que pueden realizar largos recorridos, tanto dentro del agua como en el exterior. Los hay de dos tipos: unos para trayectos cortos, que llegan a alcanzar los 200 Kms/H; y otros que pueden volar a 500 Kms/H, siendo en este caso necesario utilizar trajes protectores.

Los tres visitantes canarios se sorprendieron al ver que estos aparatos no soltaban humos ni gases. Según les dijeron, existen muchas energías dormidas en la Naturaleza, esperando la Varita Mágica que las despierte. Ellos han utilizado las menos dañinas para el Medio Ambiente.

Según les explicaron, los componentes del aire, del agua o de la Energía Solar, desdoblados, dosificados y vueltos a fusionar con otro elemento extraño, pueden convertirse en energías poderosas, baratas y limpias. Y esa energía es la que usan para su propulsión aérea, marítima y terrestre. El procedimiento es tan simple, que apenas han podido reducirlo o simplificarlo aún más desde su descubrimiento original.


MÉTODOS DE PROTECCIÓN Y DISUACIÓN

Hasta el Siglo 20, la Base no necesitaba ni siquiera la protección del campo de nieblas para permanecer aislada. Las embarcaciones que se acercaban a la zona eran, simplemente, ahuyentadas con pequeñas tormentas artificiales.

A veces, incluso, han dejado que arriben a las «costas» aquellas naves que necesitaban reparación; y cuando sus tripulantes intentaban adentrarse o investigar, eran dispersados con lluvias, truenos y relámpagos.

Posteriormente, en la época de los grandes vapores, hubo ya que usar la niebla artificial, siendo utilizados diversos métodos de disuación: paralizar las máquinas y hacerlos entrar en una corriente provocada que les hacía dar un rodeo, cambiarles el rumbo sin que se dieran cuenta, dormir a tripulaciones enteras, hacerles cambiar el rumbo mediante órdenes telepáticas... Y mucho más.

En la actualidad, con la aparición de los aviones, radares y demás aparatos de detección, lo que se hace es contrarrestarla tecnológicamente. En cualquier caso, y por prevención, se les dijo a los canarios que la Base ya no se haría visible tanto como en épocas pasadas, permaneciendo más tiempo en inmersión; y los diversos módulos, cuando se desplacen, realizarán sus encuentros en parajes solitarios y alejados de nuestras rutas marinas y aéreas.


SOCIEDAD ARMÓNICA

La Sociedad de Aprósitus es armónica. Han superado los enfrentamientos que todavía perviven entre nosotros. Por ejemplo, cada persona tiene su cometido. Allí la jornada laboral es de 5 días y 2 de descanso. Los jóvenes y los niños, que viven en el llamado Centro de Profesionalidad, antes de decidir su futura profesión son instruidos en todas las disciplinas: Artes, Literatura, Lenguas, Tecnologías, etc., teniendo designadas para el estudio las mismas jornadas que los mayores. Los días de descanso los pasan con sus respectivas familias.

Cuentan con una inmensa Biblioteca, dividida en pequeñas áreas, en cada una de las cuales se encuentra lo esencial de la literatura de cada uno de los idiomas que se hablan en la Tierra.

Allí, la familia también es la célula social básica. Aunque los habitantes de Aprósitus sólo deciden unirse en pareja de forma definitiva cuando piensan que ha llegado el momento de tener hijos, si bien no tienen más de uno o dos.


LA COMIDA

Los habitantes de Aprósitus dan muchísima importancia a la comida. En cuanto a los productos en sí, toman sobre todo los productos secos, frutas variadas, miel, productos lácteos, pescado, etc. Pero más que lo que comen, donde se incide especialmente es en cómo lo hacen, procurando que la comida sea una fiesta para el cuerpo, para el Espíritu y para los que les rodean, intentando charlar de todas las cosas agradables de la vida: la Danza, los Deportes, las Artes, el Amor... Se vuelcan en el acto de comer, y eso incluye alimentar tanto al cuerpo como al Espíritu.

Hacen 3 comidas al día, aunque la que nosotros llamamos almuerzo no es una comida propiamente dicha. Ellos la definen como un «Complemento Alimenticio», ya que es distinto y adecuado a cada persona. De hecho, consiste en una tableta «reguladora de carencias y sobrantes» de unos 2 cms cuadrados, y que contiene los elementos químicos que faltan o escasean en cada organismo, de acuerdo con los complejos análisis que se hacen cada 180 días. Las demás comidas son normales, y en ellas se ingiere una amplia diversidad de alimentos, excepto carne.


MENSAJE

Los habitantes de la Base querían transmitir un Mensaje a toda la Humanidad a través de Aristán, Bastiano y Demetrio. Estaban preocupados en aquellos momentos por el desarrollo de los acontecimientos en el Planeta, ya que debían vislumbrar lo que se avecinaba. Recordemos que la llegada a la Base de los tres amigos se produjo en 1936, poco antes de que estallara la Guerra Civil Española, antesala de la Segunda Guerra Mundial.

Este Mensaje decía que nadie tiene derecho a quitar la vida a otro ser humano, que no es posible mantener un cerebro sano y equilibrado dentro de un cuerpo enfermo, y viceversa; que, en ese sentido, la Primera Guerra Mundial, con más de 10 millones de víctimas mortales, demostraba fehacientemente que el hombre, salvo excepciones, es el animal más enfermo de la Tierra, por lo que vaticinaban que si no frenábamos a tiempo, nos situaríamos «en la rampa final de vuestra destrucción total».

En suma, nos recordaban que «la existencia es un estado permanente de equilibrio en todos los niveles», porque «el equilibrio es una de las leyes eternas de la permanencia, del existir». E invitándonos, a alcanzar este equilibrio.


LA MANZANA DE APRÓSITUS

Una vez de vuelta en nuestra Civilización, Aristán contó toda esta historia a Pedro, quien terminó de transcribir el relato en Abril de 1939. En ese entonces, Aristán sentenció: «Esta manzana no estará madura hasta pasados 50 años, y no será comida hasta cumplidos otros 50».

Entonces, ni Aristán le hizo entrever a Pedro, ni él lo pensó, que aquella sublime experiencia pudiera ser tema para un libro. La obsesión de Pedro en ese momento era terminar el bachillerato y crearse un porvenir.

Curiosamente, el libro de Pedro terminó siendo publicado en 1989, justo 50 años después de que terminara de transcribir su relato, dando respuesta a la primera parte de la frase de Aristán. Ahora, tendremos que esperar hasta el 2039 para entender el significado de la segunda parte...

Mientras tanto, el 18 de Octubre del 2003 se consiguió la primera, y de momento única filmación de la isla de Aprósitus o San Borondón:





FUENTES:
  • «¿Es San Borondón una Base Atlante?» (Carmen Quintana).
  • «Brandán» (Artículo de Wikipedia).
  • «Isla de San Borondón» (Artículo de Wikipedia).
  • 2 comentarios:

    1. Hola!, solo se ven los últimos dos enlaces, los demás anteriores no conectan! Saludos!

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    2. Hola

      ¿Será que te equivocaste de artículo, y este comentario debió ir en otro post? Acabo de revisar, y veo que los links y videos de este post, hasta ahora, funcionan.

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